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También llamado risk management, la gestión de riesgos es un proceso que se enfoca en identificar, evaluar y controlar las amenazas que pueda tener una empresa.
La gestión de riesgos consiste en:
Para gestionar estos riesgos se comienza detectando los posibles peligros a los que se expone, y basado en eso busca adoptar las medidas oportunas para implantar los procesos necesarios para minimizar o eliminar esos peligros.
Un error muy frecuente es pensar que la gestión de riesgos se basa únicamente en un plan escrito con muchas reglas que todos los empleados deben seguir al pie de la letra.
Efectivamente crear un par de reglas y cumplirlas contribuirá con la reducción de ciertos riesgos, pero eso no lo es todo. Otros riesgos necesitarán ser tratados con medidas mayores.
Entre los servicios de gestión de riesgo se encuentran:
La protección de los activos es el fin último de la gestión de riesgos. La correcta valoración de los activos es fundamental para evaluar la magnitud del riesgo. Así se obtiene mayor información sobre los riesgos y amenazas, y las debidas protecciones a considerar con medidas de prevención adecuadas.
Los activos son cualquier recurso, necesario en las empresas, para desempeñar las actividades diarias, y cuyo deterioro supone un coste. “Un activo es algo que tiene un valor potencial o real para una organización”, de acuerdo a ISO 55000.
La identificación de los riesgos se lleva a cabo por un grupo de expertos en la materia. En ella se ha de reconocer todas las amenazas posibles.
Las organizaciones que decidan gestionar el riesgo para su actividad deberán primero analizar el riesgo, es decir, averiguar el nivel de riesgo que la empresa está soportando. Luego deberán buscar el tratamiento efectivo de los riesgos.
Después de muchos años de experiencia en esta área, te dejamos una lista del paso a paso que seguimos en este proceso, basado en regulaciones, normas, mejores prácticas y tomando muy en cuenta la actividad de cada negocio y sus operaciones:
Es importante que haya un estudio de los antecedentes que permita conocer cuáles son los riesgos a los que la empresa puede estar relacionada, esto facilita que el plan que se ponga en marcha sea el indicado.
En este punto se delimita el contexto, ayudando a mejorar el enfoque en la definición de los riesgos en tu organización, permitiendo la debida sincronización con los objetivos que se desean alcanzar.
En esta etapa se deben entender e identificar todos los posibles riesgos que existan. Es importante hacerse preguntas como las siguientes:
¿Qué evento puede ocurrir para que afecte los objetivos de la organización?
¿Por qué se puede dar?
¿Qué genera el riesgo?
¿Cuáles son las consecuencias que esto podría traer?
Este punto es fundamental. Se deben analizar con cautela todos los posibles riesgos. Evaluar las causas principales y fuentes de riesgos, así como sus consecuencias y probabilidades de que éstas se produzcan.
El método de evaluación permite mostrar el análisis del riesgo en forma numérica, ayudando con la toma de decisiones y permitiendo, además, definir las acciones necesarias para prevenir ese riesgo o minimizar su impacto.
En esta etapa se plantean las posibilidades de evitar, eliminar, reducir, mitigar o transferir el riesgo.
Se evalúan las acciones que se van a llevar a cabo y se elabora una tabla de priorización de hallazgos y un plan estratégico de ejecución.
Este es el momento donde se elabora, junto a la organización, los alcances de la solución y se valora que las propuestas de ingeniería presentadas estén ajustadas a las normas y mejores prácticas de la industria.
Ya en este punto las acciones se llevan a cabo. Se prepara una matriz de decisiones para actuar y emprender acciones de corto, mediano y largo plazo que mejoren la calidad del riesgo.
Es importante tener revisiones periódicas que harán saber si los planes de acción que se implementaron en cada uno de los riesgos han sido los correctos.
El seguimiento y monitoreo deben ser continuos, un acompañamiento y observación crítica de los cambios que se requieran, y controlar nuevos riesgos potenciales que pudiesen aparecer.
Si deseas saber cuáles son las tarifas asociadas a esta implementación puedes leer nuestro artículo sobre cuánto cuesta la gestión de riesgos.
Toda operación industrial trae consigo riesgos capaces de desencadenar accidentes que conlleven a la interrupción o desaparición de un negocio.
Por eso a la gestión de riesgos hay que darle la importancia que se merece, si no se pueden ver afectadas las operaciones diarias de la empresa traduciéndose en pérdidas.
Es necesario que las organizaciones cuenten con estrategias efectivas de gestión de riesgos, que busquen reducir el efecto de la incertidumbre sobre sus objetivos y que logren garantizar su futuro.
¿Cuáles son las mejores compañías que tratan estos asuntos? Puedes visitar el texto que escribimos al respecto: Mejores empresas de consultoría en gestión de riesgos en Latinoamérica.
La Seguridad Industrial es parte de la Gestión de Riesgos. La seguridad industrial vela por los procedimientos operativos y de emergencia para salvaguardar vidas en primer lugar y activos en segundo lugar.
La Seguridad Industrial es el sistema de disposiciones obligatorias que tienen por objeto la prevención y limitación de riesgos, así como la protección contra accidentes capaces de producir daños a las personas, a los bienes o al medio ambiente, derivados de la actividad industrial o de la utilización, funcionamiento y mantenimiento de las instalaciones o equipos y de la producción, uso, consumo o almacenamiento de los productos industriales.
La seguridad industrial es un aspecto que debe tomarse en cuenta en el desarrollo laboral de una empresa; su aplicación se hace imprescindible para mejorar las condiciones de trabajo.
Su objetivo principal radica en la prevención de accidentes de trabajo y enfermedades ocupacionales, tomando en consideración los riesgos que está expuesto un trabajador en su medio ambiente de trabajo.
Invertir en seguridad industrial se traduce en progreso y beneficio, ya que, mientras más se invierta en seguridad, se producen menos riesgos o accidentes que puedan ocasionar pérdidas económicas.
Porque mitiga pérdidas y garantiza la continuidad del negocio.
Además, tener un plan para potenciales problemas y desarrollar estrategias que aborden dichos problemas, ayudará a mejorar las probabilidades de éxito de tu proyecto.
Una gestión integral de riesgos va a garantizar que estos sean tratados y gestionados de forma tal que se cuiden los costos a lo largo del proyecto, y que se tomen decisiones exitosas para tu empresa. Es mejor que no lo veas como una parte aislada sino como un modelo que involucra todos los procesos de tu organización.
Por tanto, la gestión inteligente de tus riesgos contribuirá al logro de tus objetivos.
Es importante llevar a cabo una evaluación de riesgos para proteger tus activos principales, especialmente los que tienen incidencia en la continuidad de tu negocio, y disminuir así la probabilidad de ocurrencia de eventos que puedan poner en riesgo el logro de tus objetivos.
Lo ideal para llevar esto a cabo es con un asesor de riesgos. El consultor externo tiene una visión imparcial y sin vicios acerca de los procesos correspondientes.
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Recuerda que para garantizar el éxito de un proyecto, hay que definir cómo se manejarán los riesgos potenciales para poder identificar, mitigar o evitar problemas cuando sea necesario. La gestión de riesgos es importante, porque alcanzar los objetivos de un proyecto depende de la planificación, preparación, y evaluación que contribuyen al logro de los objetivos estratégicos
Sea cual sea la naturaleza de una empresa, esta puede encontrarse expuesta a numerosos riesgos.
Los sistemas de gestión de riesgos están diseñados para hacer más que solo identificar el riesgo; además de estudiarlos y valorarlos:
Es decir, un sistema de gestión de riesgos correctamente establecido permite controlar los accidentes o riesgos y así mejorar el desempeño de la empresa.
Las mejores empresas de consultoría en gestión de riesgos son: MAPFRE, Marsh y AON.
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